Urzaiz – Sala

Paco Urzaiz

Francisco Urzaiz_Francisco de Borja Urzaiz Cavero Garro y Alvarez de Toledo nació en Lucena del Puerto (Huelva) el 21 de Agosto de 1.869 en el seno de una familia aristocrática. Muy joven, vino a residir a Zaragoza con sus parientes la Condesa de Fuentes y Baronesa de la Linde. Estudió la carrera de Leyes y obtuvo un importante cargo en la Delegación de Hacienda de esta provincia que ejerció durante muchos años. Su patrimonio personal y habilidad en las inversiones le permitieron una vida deshogada que le hubiera sido imposible sólo como funcionario del Estado.

Durante toda su vida mantuvo un estilo de vida muy particular; auténtico  caballero andaluz, se ganó la simpatía de la gente en general por su cercanía y era conocido por todos como Paco.

Muy vinculado a la tauromaquia, llegó a poseer su propia ganadería y era muy apreciado por los toreros, especialmente por los aspirantes a figuras del toreo a los que les daba la oportunidad de lucirse en las becerradas de las fiestas camperas que celebraba con asiduidad en su finca de Movera a la que había dotado de una placita de toros y que bautizó como “El Cortijo de Paco Urzaiz”. A estas fiestas asistía lo mejorcito de la sociedad zaragozana de la época.

En una crítica aparecida en el Diario de Huesca del 16 de Agosto de 1.902 se elogia la bravura de su ganado y se dice: “Los tres toros del nuevo ganadero, nobles y bravos, recibieron 30 varas e hirieron tres caballos”.

Pese a que en Zaragoza ya proliferaban los automóviles entre las clases pudientes, a don Paco, fiel a la tradición andaluza, le gustaba pasearse en su coche de caballos tirado por dos jacas y abierto durante el buen tiempo. Los días que había corrida de toros, ampliaba a cuatro el número de jacas, el cochero y lacayo vestidos a la jerezana y no faltaba su carruaje a la puerta de su casa en el número 31 de la calle Alfonso. El paso de este coche por las calles de la ciudad, camino del coso taurino, llamaba poderosamente la atención.

Años después este vistoso coche de caballos acabaría como objeto decorativo en un conocido establecimiento hostelero de la ciudad.

Coche de caballos

          El coche de caballos a la puerta del domicilio de los Urzaiz
                                               (Fotografía  – José Blasco Ijazo)

 

Falleció en Zaragoza el día 26 de Julio de 1.947.

 

Leonor Sala

Leonor Sala_RecLeonor Segunda Sala Ruiz de Andrés nació en Zaragoza el 29 de Mayo de 1.876 en el seno de una familia burguesa, hija de Alejandro Sala, doctor en Derecho y alcalde de Zaragoza que fue en tres ocasiones, durante uno de estos mandatos se derribó al Torre Nueva, también fue senador del Reino y presidente de la Real Sociedad Económica Aragonesa. Fue el primer retoño de 10 hermanos, varios de cuales murieron de corta edad.

Su educación fue encaminada a obtener las habilidades propias, en aquel tiempo, de una muchacha de familia bien y llegar a un matrimonio adecuado a su estatus social, objetivo que conseguiría con 20 años de edad.

Presidenta de  Cruz Roja y mecenas de artistas teatrales le gustaba estar presente en todos actos sociales de cierto relieve, ya fueran profanos o religiosos.

A lo largo de su vida se suceden las anécdotas que nos dan una idea clara del carácter de esta extraordinaria mujer, como cuando el 13 de Febrero de 1.932 los periódicos locales difunden la noticia de que la imagen de la Virgen del Pilar que desde 1.870 presidía, desde su pequeño trono del salón de sesiones, la labor municipal, había sido expulsada de allí y llevada al archivo. Lo que no se había atrevido el Ayuntamiento de la primera República, pese a la presión popular republicana, lo llevo a cabo el alcalde radical Manuel Banzo. Doña Leonor, sin comentar el asunto con su marido, el cual precisamente días antes había llegado a las manos con el alcalde por divergencias religiosas y políticas, se presentó en la Casa Consistorial y pidió ser recibida por el alcalde, lo que le fue concedido y expuso su queja formal al alcalde y concejales allí reunidos, solicitó el rescate de la imagen de la Virgen del Pilar depositada en los almacenes municipales. Cinco días después de esta entrevista, volvió al Ayuntamiento con 30.000 firmas de protesta y el alcalde no tuvo otro remedio que hacerle entrega de la imagen que se llevó a la sacristía mayor de la catedral de la Seo; posteriormente, con el Movimiento Nacional, la imagen retornó a su sitio de honor en el salón de sesiones de la Casa Consistorial.

Otra iniciativa de esta intrépida señora es aquella en que acometidas las obras de construcción de la última torre que faltaba en la basílica del Pilar, el cemento estaba racionado y era muy difícil su obtención en cantidades abundantes; aprovechó que Franco, con quien le unía una vieja amistad, se encontraba en Zaragoza, se presentó en Cogullada con su coche de caballos y le dijo:

– Paco, aquí me tienes porque necesito cemento para la torre, que sino no la terminamos.

El Caudillo, conocedor de la tenacidad de Leonor, le pregunto:

– ¿Cuántos vagones?

Y así se terminó la cuarta torre del Pilar.

Falleció en Zaragoza el día 13 de Noviembre de 1.962.

 

Matrimonio Urzaiz – Sala

Don Paco y doña Leonor contraen matrimonio el 8 de Mayo de 1.896 en ceremonia oficiada por el entonces arzobispo de Zaragoza, Vicente Alda y Sancho; durante un año residen en Barcelona hasta retornar a Zaragoza de forma definitiva.

Desde entonces no hay fiesta privada, acontecimiento social o asociación benéfica que no contara con su presencia y en la mayoría de los casos con su patrocinio. Amigos íntimos del General Franco y esposa, que por entonces vivían en la calle Costa de nuestra ciudad, mientras el recién nombrado director de la nueva Academia General Militar organizaba su apertura; a pesar de su particular misantropía, Franco asiste con frecuencia a reuniones y fiestas de la alta sociedad, además de dar largo paseos a caballo con Paco Urzaiz, a quien el general Primo de Rivera llamaba “cónsul de Sevilla en Zaragoza”.

Por su casa pasó lo más selecto de la aristocracia y de la burguesía local, así como grandes figuras de la cultura. Los hermanos Alvarez Quintero eran habituales de la casa y Miguel Fleta fue invitado de honor en varias ocasiones.

No pudieron tener hijos y al fallecer doña Leonor, legó el resto de su ya menguada fortuna al Cabildo del Pilar para ultimar las obras de las nuevas torres del Pilar.

Leonor Sala y Paco Urzaiz en los toros_28643

                                                 Paco Urzaiz y Leonor Sala en una corrida de toros

Las torres del Pilar

El 8 de Mayo de 1.946 celebran solemnemente sus Bodas de Oro, primero con una gran fiesta religiosa en el templo de Nuestra Señora del Pilar y por la noche con una brillante reunión de sociedad.

Se hablaba en aquella época de que una señora argentina, muy devota de la Virgen del Pilar, había iniciado en Buenos Aires una suscripción popular dirigida a costear la construcción en el templo mariano de Zaragoza de dos nuevas torres orientadas hacía el río Ebro. Esta empresa, sin resultado positivo, resultó totalmente fallida.

Comentado este asunto en la intimidad, los señores Urzaiz asumieron como propia esta iniciativa y de común acuerdo decidieron acometer este proyecto a sus expensas.

Para comenzar la empresa visitan al entonces arzobispo Rigoberto Doménech y Valls, quien,  complacidísimo, dio su aquiescencia a la idea. Sobre la marcha y con la venia del Prelado encomendaron el proyecto al arquitecto municipal don Miguel Angel Navarro Pérez, dispuesto desde el primer momento a redactarlo y llevarlo a la práctica sin percepción alguna de ningún tipo de honorarios. El proyecto es aprobado por la Dirección General de Bellas Artes de San Luís, de Zaragoza.

Apenas planteada la gran iniciativa surge el penoso contratiempo del fallecimiento de Francisco Urzaiz el 26 de Julio de 1.947, pero su viuda, pletórica de fuerzas, no se amilanó y fiel al legado de confianza que pesaba sobre ella, resolvió seguir con el proyecto y desde aquel mismo momento se constituyó en albacea testamentario de su propia fortuna.

Construccion de las torres_28434Llegado el día 11 de Diciembre de 1.949, se pone solemnemente la primera piedra de las obras; pronto comenzaron los preparativos y en agosto de 1.950 se inicia la construcción. Los trabajos en años sucesivos no se interrumpen, salvo con el inconveniente del fallecimiento en 1.956 del arquitecto, pero siguiendo el noble propósito, su hijo José Luís Navarro, arquitecto también, asume la dirección técnica hasta la culminación de las obras.

A finales de 1.961 se habían invertido en la obra cerca de veintidós millones de pesetas, todavía faltaba la colocación del ascensor en una de las torres, la construcción de dos escaleras, la confección y montaje de las campanas y la instalación de potentes faros que iluminen en varios kilómetros a la redonda. Elementos complementarios que supondrían el desembolso de una suma considerable.

El 23 de Abril de 1.961 la institución Fernando el Católico ofrece un homenaje a doña Leonor en el Palacio de la Diputación Provincial, asimismo el Ayuntamiento de Zaragoza, siendo alcalde don Luís Gómez Laguna, le concede el 9 de Octubre de este mismo año la Medalla de Oro de la Ciudad y a su marido a título póstumo. El Cabildo Metropolitano le otorga el título de Bienhechora Insigne del Pilar y acuerda que las torres se llamen de San Francisco de Borja y de Santa Leonor, perpetuando los nombres de los santos que ostentan los donantes y que se construya al pie de esta última un sepulcro donde puedan reposar los restos de tan generosos bienhechores.

Doña Leonor dispuso el epitafio que había de recordarles:

Como el hacer dos torres
es tan poco para ganar el cielo
tú, el que seas, que estés ante el sepulcro
de los que por amor las ofrecieron,
no te alejes de aquí sin que de tus labios presto
recen por el descanso de sus almas
la valiosa oración de un Padrenuestro.

 

El día 25 de Noviembre de 1.961 se bendicen las dos nuevas torres, doña Leonor elige esta fecha como homenaje a su Santidad el Papa Juan XXIII en su 80 cumpleaños.

En este acto, el nuncio de Su Santidad trae la noticia de la concesión por el Papa, a doña Leonor Sala, de la cruz “Pro Ecclesia et Ponticife”.

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                                                   Leonor Sala recibe la cruz “Pro Ecclesia et Ponticife”

 

Fuentes: El Noticiero – José Blasco Ijazo
              Mujeres Aragonesas – Lola Campos
              Temas aragoneses – Ramón Salanova
              Archivo fotográfico – Ayuntamiento de Zaragoza