Juan Sáenz de Buruaga

Don Juan Sáenz de Buruaga y Ortiz de Landaluce nació el 3 de Febrero de 1.707, en Berricano, provincia de Alava; curso sus estudios en la Universidad de Alcalá y, con posterioridad, ejerció la docencia regentando tres cátedras, ganó por oposición la Prebenda Magistral de la Santa Iglesia de Segovia y fue obispo de Lugo desde 1.762 hasta el 12 de Marzo de 1.768 en que es promovido al Arzobispado de Zaragoza donde murió el 14 de Mayo de 1.777. Sus restos reposan en el nicho nº 28 de la cripta de la Santa Capilla del templo de Nuestra Señora del Pilar.

Destacó en el desempeño de su cargo por la extrema generosidad con su propio patrimonio, realizando numerosas donaciones, entre las que destaca una corona de oro guarnecida de diamantes, rubíes y topacios brillantes que mandó hacer, en 1.775, para la Virgen del Pilar y que finalmente acabó en manos del mariscal Lannes como regalo forzoso para dar cumplimiento a los pactos de las capitulaciones con el ejército francés en Febrero de 1.809.

Armas del Arzobispo

De cuatro cuarteles: 1º El roble con el lobo pasante, orla de ocho estrellas. 2º De oro el castillo de su color partido de azur, el león de oro. 3º Fajado de oro y azur de cinco piezas partido de plata el león de su color. 4º De plata un roble de su color y dos lobos empinantes al tronco.

A esta personalidad debemos la construcción de la ermita en la que durante siglos se veneró a la patrona del Barrio.

Gozos a Nuestra Señora de Movera

El Arzobispo don Juan Sáenz de Buruaga, concedió en 1.774 cien días de indulgencia por cada oración que se hiciera ante la imagen de Nuestra Señora de Movera.

Pues sois con Dios medianera
Y del Cielo tan amada,
Sed siempre nuestra abogada
Virgen Santa de Movera.
 
Nuestros campos visitaste
Y entre la gente sencilla
Que te adora, una capilla
Humilde, te levantaste.
 
Desde entonces no dejaste
De ver como a tu morada
Entre amante confiada
Vino la parroquia entera
Que te oró con fe sincera
Y te dijo ¡madre amada!
 
Sed siempre nuestra abogada
Virgen Santa de Movera.
 
A tu sombra prosperó
El barrio, y agradecido
Con un gran Prelado unido
Tu ermita en templo cambió.
 
Y la devoción creció
A tu imagen adorada,
Del prelado indulgenciada
La oración que se te hiciera
Y escuchóse, por doquiera,
La aclamación por fiada.
 
Sed siempre nuestra abogada
Virgen Santa de Movera.
 
En parroquia convertida
Tu iglesia, el pueblo ha ido a verte
Con del duelo de la muerte
Con la ilusión de la vida.
 
Y el alma que bendecida
Por ti en tu pila sagrada
Llega a verse un día postrada
Por dolencia traicionera
 
Con amorosa mirada.
Te dice con su alma entera.
Sed siempre nuestra abogada
Virgen Santa de Movera.
 
Y en hermosa emulación
Van tus devotos a cientos
Dando a tu iglesia ornamentos
Y mantos y adoración.
 
Tu maternal corazón
En bendición continuada
Convierte en tierra abonada
Lo que antes desierto era
Y de distinta manera
Siempre oís, madre adorada.
 
Sed siempre nuestra abogada
Virgen Santa de Movera.
 
Pues sois con Dios medianera
Y del Cielo tan amada,
Sed siempre nuestra abogada
Virgen Santa de Movera.
 

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