Antigua Iglesia

Diseñada por el aragonés Fray Vicente Barán, monje Jerónimo, arquitecto muy acreditado y conocido, autor de la Iglesia alta del Real Monasterio de Santa Engracia.

En 1.774 promueve su construcción el arzobispo de Zaragoza D. Juan Sáenz de Buruaga y concede cien días de indulgencia a quien orase ante Santa María de Movera.

Sin título-7De modestas proporciones y construida en ladrillo visto al exterior, presenta excelente traza de planta central, circular, prolongada por los tramos rectangulares del ingreso (con coro alto) y del presbiterio. Se cubre con cúpula el espacio central y con sendos tramos de cañón con lunetos el ingreso y el presbiterio. La decoración interior es a base de pilastras con capitel que sostienen un entablamento corrido. Conserva los retablos originales. El conjunto es de gran belleza.

El exterior es mucho más sobrio, destacando la portada que ocupa la fachada de los pies del templo. El ingreso se realiza a través de una puerta coronada por frontón partido que aloja el escudo archiepiscopal, sobre este vano oval, con enmarque coronado por frontón y todo ello flanqueado por pilastras toscanas rematadas por frontón triangular.

Anejo al templo se sitúa la casa parroquial, con vanos en arco campanel, en la parte baja y en la superior, ventanales con dintel, con muro de descarga y claves cosidas (siglo XVII), anterior al templo, pero reformado en el siglo XVIII (restos de alero en caveto).

La iglesia es un edificio que se sitúa dentro del barroco-clasicista tardío, o neoclasismo, de gran interés, situable dentro de la arquitectura de la escuela local de Ventura Rodríguez y Julián Yarza.

Sobre la puerta se sitúa la inscripción fundacional:

IL MUS DD JOANNES SAENZ ABURUAGA ARCHIEPISCOPUS CAESARAUGUSTHA SA FUNDAMENTO EREXIT SACRAS AEDESET BEATA MARIAE NUNCUPATA DE MOVERA DICAVIT. ANNO M.DCC.LXXIV

Traducción: El Ilustrísimo Señor D. Juan Sáenz Buruaga, Arzobispo de Zaragoza construyó desde los cimientos el sagrado templo y lo dedicó a la Bienaventurada María llamada de Movera. Año 1.774.

Descripción de su interior realizada en 1923, Centenario de la fundación de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario:

El altar mayor, dorado a fuego como los dos laterales, es muy rico, y ostenta en una amplia hornacina central y única, la imagen de la titular, de origen y construcción muy antigua. En la parte superior, un bajorrelieve polícromo de San Juan Bautista, remata el retablo las armas episcopales del Arzobispo D. Juan.

Los dos altares laterales son igualmente ricos, dorados también y muy elegantes; el de al lado de la Epístola está dedicado a Señor Crucificado, presidiéndolo una imagen de talla, de grandes dimensiones. Tiene en el remate los atributos de la Pasión.

Al lado del Evangelio se encuentra el altar de Nuestra Señora del Rosario, que parece haber estado dedicado al Apóstol San Pedro, por los atributos que ostenta y que según algunas noticias muy vagas, al fundarse la Cofradía, hace cien años, se encontraba sin la imagen titular, y en su lugar se puso la imagen de Nuestra Señora del Rosario, titular de la Cofradía, que es la que hoy se venera en él. Los dos altares son idénticos, por cuya razón sólo publicamos el retrato de uno.

En los últimos cien años se han hecho importantes mejoras en la iglesia, tales como el decorado de sus muros en papel terciopelo y oro, que da la sensación de una riqueza severa, y en el entarimado de la iglesia, que se llevó a cabo el año 1.889 por el párroco don Sebastián Riverés. Este mismo fundió la campana grande en 1.897.

Uno de los párrocos que en el transcurso de esta centuria pasada han contribuido más a mejorar materialmente esta parroquia  fue el doctor don Francisco Aznar y Pueyo, que fue después Obispo de Tortosa y estuvo en Movera desde 1.846 a 1.851. Este cura celoso, primero restauró la casa parroquial, que amenazaba ruina, a sus expensas, y proveyó a la iglesia de multitud de cosas que hacían falta. Organizó el culto y dejo buena huella de su paso por esta iglesia. Después, siendo Obispo, vino a Movera el 19 de Abril de 1.880, acompañado de dos expárrocos de Movera, el canónigo don Antonio Silva y don Marcelino Bendicho, familias de su Eminencia el Cardenal Benavides, y muchos sacerdotes y seglares.

En tiempos más recientes se han hecho no pocas mejoras también, dotando a la iglesia de objetos de no poco valor.

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que costearon distinguidas personas afectas a Movera, así como la de la Virgen Dolorosa, cuyos vestidos y manto de terciopelo negro bordado en oro, muy ricos, regalaron las niñas Pilar y Antonia Carceller Balios, en Abril de 1.911; la de San José, muy hermosa, regalo de la señorita Josefina Aragués; la de San Antonio de Padua, regalada por la malograda señora doña Felisa Soto, de Madrid, y tan amante de Movera.

El Monumento nos trae a la memoria a aquella inolvidable Serafina de Alcaraz, primera y ejemplar María activa de nuestro Sagrario, que trabajó con tanto fervor e ilusión porque se hiciera y se estrenará la Semana Santa de 1.917. El año siguiente se estrenó el copón de plata dorada que se adquirió también por suscripción. El mismo año se hizo el terno blanco, y al año siguiente el negro, regalo en su mayor parte de la señora doña Ignacia Bosqued, María del Sagrario de Movera, que completó el obsequio con un hermoso y rico paño de hombros, de raso blanco, bordado en oro, y que se estreno por las fiestas de Navidad.

El año 1.919 se hicieron también por suscripción los bancos de la iglesia, cómodos, con sus reclinatorios, y la Cofradía costeó el escaño del presbítero para el terno, y tres bancos para los cofrades.

El mismo año, y por el mismo procedimiento, se adquirió el armonio, muy bueno, con transpositor y cinco registros; y al siguiente se reformó totalmente la sacristía, construyendo tres calajerías completas con otros tres armarios, para poder guardar convenientemente ornamentos y alhajas. Costeó las obras todas de carpintería el señor don Tomás Santos de Lamadrid, de Barcelona, muy devoto de Movera.

El año pasado (1.922), aún está en la memoria de todos, la solemne fiesta en que se inauguró la preciosa Custodia, que se adquirió por suscripción.

En el año 1.923, y con ocasión de la celebración del Centenario, se producen muchos regalos a la iglesia: coronas con su aureola para la Virgen de Movera y el Niño, que se costearon con los donativos recibidos; dos candelabros de bronce, de cinco luces cada uno, regalo de una persona piadosa, por mano de doña Manuela Sancho, viuda de Pobes. Un carillón de bronce y tumbres de acero, muy armonioso, regalo de don Mariano Usón. Un rico y elegante mantel de hilo y encajes, de las Hermanas de la Esperanza, de Bilbao. Un mantel bordado para el altarcito de San Antonio, regalo de las señoritas de Soto, de Madrid. Un corporal de la señorita Amalia Giménez Gran, de Zaragoza. 5 pesetas de don Antonio Casaña.

Con fecha 30 de Septiembre de 1.998 se aprueba por el Instituto del Suelo y la Vivienda de Aragón, dependiente de la Diputación General de Aragón, un presupuesto de restauración de la primitiva iglesia parroquial de Movera por un importe de 59.095.216 pesetas y se establece un plazo de ejecución de 24 meses.

Planos realizados por Fernando Izurquiza Rueda, arquitecto que realizó la restauración de la iglesia.

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Antes y después de la restauración 1.998

Si tenemos en cuenta que el estado de la iglesia en 1.998 era de completa precariedad, el presupuesto resultó insuficiente para completar todo el proyecto y no se acometieron algunas reformas que de forma lenta, pero precisa, se van realizando en la actualidad.